La investigación evalúa posibles interpretaciones de la idea de jardín japonés en el contexto local como un lugar dotado de significados y referencias a partir de la construcción de un paisaje que relata una negociación entre lo que se entiende por Japón y lo japonés.
A lo largo de Chile existen al menos cinco jardines japoneses públicos, cuyo origen es dual. Por una parte se encuentran aquellos que se materializan como un regalo del gobierno nipón en agradecimiento al país por dar la bienvenida a su comunidad después de la Segunda Guerra Mundial: es el caso de los jardines japoneses de Constitución y de los de los cerros Santa Lucía y San Cristóbal en Santiago. Y por otra, los que fueron donados a la comunidad por empresas mineras, como es el caso del Parque Japonés de Antofagasta y el jardín Kokoro No Niwa de La Serena.
En el ámbito privado destaca la figura del paisajista chileno japonés Luis Nakagawa Owada (1935-1977), figura clave en el desarrollo de jardines de estilo japonés en el sector oriente de Santiago, persistiendo su legado en ejemplos notablemente bien conservados, como el del jardín del Museo de la Moda en Vitacura y del Colegio San Ignacio en Providencia.
Jardín japonés en el Cerro San Cristóbal de Santiago (2019), diseñado originalmente por Tadashi Asahi (1978) · Fuente: www.ujibashi.cl